S’Agaró, vida cultural, social y deportiva
En el verano de 1956, la logia de la «Senya Blanca» fue el escenario de un homenaje a Mozart que supuso, de facto, el nacimiento en Cataluña de los festivales musicales de verano. El ideólogo fue Josep Pla, quien convenció a Josep Ensesa para crear el patronato del Festival de Música de S’Agaró, presidido por el músico Lluís Maria Millet.
Josep Ensesa, para dar a conocer la nueva ciudad jardín, organizó todo tipo de eventos y veladas diversas, con cenas seguidas de bailes en la primitiva Taverna del Mar y en el Hostal de La Gavina, que se engalanaba para celebrar el Carnaval y la noche de Fin de Año. Con el tiempo, ambas fechas acabaron convirtiéndose en una cita inexcusable para un núcleo fiel de clientes entusiastas.
Con el éxito de los bailes y las fiestas de verano, Josep Ensesa se dio cuenta de que la consolidación de S’Agaró debía ir ligada a todo tipo de actividades culturales y deportivas.
PANEL 06
06.1 El pionero de los veranos musicales
Las noches del 18 y el 19 de agosto de 1956, la loggia de la «Senya Blanca» se convirtió en el escenario de un homenaje a Mozart. Bajo la batuta de Hans-Jürgen Walther, la Orquesta de Cámara de Hamburgo ofreció un recital de obras del compositor austríaco, entre las cuales destacó la opereta Bastià y Bastiana, interpretada por Günther Morbach, Ingrid Fleming y Gisela Knabree.
Las dos veladas fueron un éxito y supusieron, de facto, el nacimiento en Cataluña de los festivales musicales de verano. El ideólogo de aquellos Festivales Mozart había sido Josep Pla.
El festival volvió el julio de 1957. Durante tres noches, actuó la Orquesta Sinfónica de Barcelona, dirigida por el alemán Bruno Vondenhoff, con solistas de lujo: el pianista Vlado Perlemuter, los violinistas Henryk Szeryng y Gaspar Cassadó, y la soprano Victòria de Àngels. La cita estival ya no se paró hasta 1980, y por sus escenarios desfilaron las principales figuras líricas.
06.2 La intensa vida social de S’Agaró
Josep Ensesa fue un pionero en Cataluña en la utilización del marketing, la publicidad y los medios de comunicación para promover todo aquello que emprendió en S’Agaró. Primero, con los Baños y el Restaurante de la playa; a partir de 1925, con la urbanización, y cuando esta ya había empezado a extenderse, se volcó en la promoción del Hostal de La Gavina y de todas las actividades festivas y deportivas que se organizaban.
Con el éxito de los bailes y las fiestas que se celebraban durante todo el verano en los Baños de San Pol, Josep Ensesa vio que la consolidación de S’Agaró también tenía que ir ligada a la organización de todo tipo de actividades culturales y deportivas.
Así, fue generando numerosas actividades artísticas, de teatro y musicales, a las verbenas de San Juan, San Pedro, San Jaime o en la fiesta mayor de la Virgen de Carme, con bailes populares, sardanas, espectáculos infantiles y desfiles de carrozas. Más adelante, las Fiestas «Florides» cenas amenizadas con orquesta. La intensa vida social de S’Agaró se ha mantenido a lo largo de los años, y ha resultado un potente foco de atracción de personajes relevantes de todos los ámbitos.
06.3 Regatas y tenis, en medio de un mosaico deportivo diverso
Antes de la guerra, Josep Ensesa ya había organizado juegos deportivos, pero, durante los años cuarenta y cincuenta, se esforzó para conseguir que la ciudad jardín fuera un gran escenario de campeonatos y competiciones de todo tipo. Así, a las regatas y el tenis de los años treinta, se fueron añadiendo pruebas de ping-pong, submarinismo, esquí acuático, bochas, bolos y partidos de hockey. Los deportes, de hecho, fueron un elemento complementario del lujo y la exclusividad que ofrecía la ciudad residencial.
La pasión para navegar de Josep Ensesa hizo que, el verano de 1940, las aguas de Sant Pol volvieran a vibrar de emoción con los festivales náuticos.
S’Agaró organizó, del 23 al 28 de julio de 1946, el V Concurso Internacional de Tenis. A pesar de que la edición anterior se había celebrado hacía una década, la contienda se consolidó y llegó hasta la XVI edición. Desde 1962 hasta 1964, el Hostal acogió partidos de la Copa de Europa de Tenis Profesional.