El Camí de Ronda

De todos los espacios públicos de S’Agaró, este es el que se ha convertido en el más emblemático y popular. Se estima que más de un millón de peatones transitan por él cada año. Se extiende desde la playa de Sant Pol hasta Sa Conca, con una longitud de dos kilómetros y medio y se puede recorrer en 25 minutos.

Está considerado uno de los caminos de ronda más bonitos y más cómodas de recorrer, por su singularidad y por las increíbles perspectivas que ofrece de la costa de S’Agaró.

PANEL 02

En 1942, Josep Ensesa decidió crearlo y costearlo, sobre un terreno de dominio público. Diseñado por el arquitecto Francesc Folguera, se trata de una obra realmente ambiciosa para salvar desniveles, con un trazado sinuoso junto a las casas de campo y los acantilados, integrando la vegetación y la orografía.

Sus sólidos muros de granito y los medios limitados disponibles en la época para trabajar en lugares de acceso tan difícil, dan idea del mérito de ejecutar esta obra.

Fue una obra realmente ambiciosa, rellena de taludes, barandillas, porches, accesos a las calas (integrando la vegetación y la orografía) y, sobre todo, ofreciendo magníficas perspectivas de la costa. Josep Pla dedicó un artículo con grandes elogios en la revista S’Agaró de 1954. Quedaban pendientes las escaleras de la Plaza del Mirador, que no se construyeron hasta 1990, proyectadas por Lluís Sibils.

El Ministerio de Medio Ambiente hizo la última remodelación integral en 2000-2001, con las escalas de acceso a Sa Conca y, desde entonces, el Camí de Ronda lleva el nombre de Josep Ensesa Gubert.